En un principio nadie se hacía a la idea, parecía increíble que se pudiera prohibir algo así. Pero cuando la gente se dio cuenta de que la cosa iba en serio, empezaron las quejas, las reuniones, y la gente salió a la calle. La transición fue dura. Hubo disturbios, represión, y prohibición. Pero lo que parecía imposible sucedió. Se prohibió el futbol en el país. Y no solo las ligas profesionales, también su práctica y su consumo. A raíz de los altercados, la prohibición se fue extendiendo a otros deportes, Básquet, Balonmano, Rugby, Petanca… poco a poco la lista se fue ampliando, hasta la práctica prohibición del deporte en general.
El estado intervino los periódicos deportivos, se caparon las transmisiones televisivas y radiofónicas del extranjero, e Internet.
Los futbolistas, técnicos, y tertulianos fueron detenidos. Los extranjeros fueron deportados, y los que se quedaron y no huyeron al exilio, sufrieron el control de la policía secreta.
ilegales (bis)...
Con el paso de los meses, el ambiente pareció calmarse, pero nada más lejos de la realidad, en los suburbios, en fabricas abandonadas, y en sótanos de los barrios chinos de las ciudades, empezaron a jugarse partidos ilegales. Empezaron jugándolos mendigos y parias a cambio de dinero. Partidos toscos, violentos y sin nobleza. Lo que la gente quería. Solo la presencia de burdos balones diferenciaba aquellos encuentros de las peleas de gallos.
La vuelta de los rat pitts
Pero por otro lado, en la calle, en el día a día se producían otros cambios. Las charlas, discusiones y debates sobre fútbol que antes llenaban casas, oficinas, y bares, fueron substituidas por los intereses y problemas de la gente. Ahora era el cine, el teatro, la pintura, sobre lo que comentaba e incluso discutía acaloradamente la gente. El diario AS, se reconvirtió en un periódico de exposiciones museísticas (claramente a partidista a favor del Museo del Prado), Mundo Deportivo pasó a hacer crítica gastronómica y cinematográfica. Pero el hecho que lo cambió todo, fue, que el diario Marca, sin cambiar su formato, substituyó el deporte por la política. Hacía las previas de las sesiones de control al gobierno, seguía las reuniones de ministros al minuto, valoraba a los políticos después de cada intervención, y puntuaba al presidente del congreso.
Poco a poco, la gente, ya de por si seguidora de los partidos políticos como si fuesen equipos de futbol, empezó a volcar su ansia de fútbol en la política. Acudían a la salida del congreso y del senado (claramente la nueva segunda división) con pancartas, cánticos ¡a pedir autógrafos! Se seguían hasta los plenos de los ayuntamientos. Alcaldes, secretarios de estado, y diputados protagonizaban campañas publicitarias, la prensa rosa y amarilla empezó a seguirlos, y ocurrió lo inevitable. La gente, al darle seguimiento, y leer sobre el tema, acabó entendiendo de política… acabó valorando a los políticos, y en muchos (muchos) casos, dándose cuenta del bajo nivel que tenían. ¿Cómo podía ser que un país tan interesado en la política no tuviese a los mejores políticos posibles? Empezaron a surgir voces pidiendo fichajes extranjeros, a los cracks de la política mundial…
Y fue en ese punto en el que, tras una reunión de urgencia, el gobierno decidió reinstaurar el deporte en el país. Volvió la Liga, se repatrió a los jugadores, se les rebajaron los impuestos, y se concedieron ayudas públicas a los equipos.
Poco a poco las aguas volvieron a su cauce, la gente dejó de discutir por el arte, y la política, y fueron los goles fantasma, los penaltis no pitados y toda la retórica bélica del fútbol, lo que volvió a reinar en las tertulias.
19 comentarios:
Como en la antigua Roma....se le volvió a dar el circo al pueblo para "entretenerlos".
BRAVO
Yo creo que en realidad si prohiben el futbol (o el tabaco del todo), aqui volvemos a tener tiros.
¡Vaya alucín! Pues nada tío, creo que nadie prohibirá el futbol, cumple una función demasiado preciada para la clase política. Lo de fumar, yo sí que lo apoyo y mira que fumo a veces. ¡Abrazo!
En realidad creo que la histeria colectiva se pondria gruesa...
mejor imposible, aunque no hay que creer todo
Nunca hay que creer todo, no?
Pero sería curioso ver en que invertiríamos ese tiempo y energía...
Oh, si prohibieran a los "periodistas" y a los tertulianos me daría por satisfecho.
Mu güeno.
PS: Me imagino los ultras en lo alto del Congreso ondeando banderas y bengalas. El debate sobre el estado de la nación tendría su rollito, ¿no?
Saludos
El debate del estado de la nacion pasaria a ser la final de la copa del rey.
Me parece que en el país de los borregos antes prohibirían leer, como en Farenheit 451, que el fútbol. Y lo peor es que se armaría menos jaleo que si prohibieran el dichoso fútbol.
Mira... este texto sale precisamente de escuchar hablar de Farenheit sin parar estos dias...
Insisto aqui solo se liará parda si prohiben el futbol y el tabaco (pero prohibir, prohibir)
Epetacular!
Merci Tenblog! encantado de que te pases por aqui!!!
Paso muy a menudo, pero comento poco....cada día soy más vaga......
mira que muchos pensamos en ello pero nunca hemos acabado de narrarlo o terminar de pensarlo tan bien como has hecho tu aqui.
repito lo dicho por Folken en un magnifico ejercicio de concisión espartana: Bravo!
Always a pleasure Tenblog ;) A mi me pasa lo mismo!
Nada, Issis, montamos la peli estilo "Un dia sin mexicanos"?? jeje
Merci!
El acoso continúa. Esta vez te hago partícipe.
Eres un rompecorazones bloggeril Joan...
Tener groupies, sube (y mucho) el nivel de tu blog. Te admiro, envidio y alabo, ouuuuyeah!
Sabía que apoyarías la moción. Un abrazo, hamijo!
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