Porque el mundo es bonito, hasta vomitar.

21 diciembre 2009

Desmemorias y fútbol

Por si algún despistado aún no lo sabe, el Fútbol Club Barcelona, se ha proclamado campeón del mundial de clubes FIFA 2009. Para el que no lo sepa, este es un torneo joven, y de poco o nulo prestigio, heredero de otro trofeo, la copa intercontinental, de menor prestigio aún.

Este hecho, por si solo, no tiene más noticia que la de ser la primera vez que el Barça lo gana.
La noticia es, que en los últimos 12 meses, este equipo ha ganado todo lo ganable. Copa del Rey, Liga española, Champions League, Súper copa de España, Súper copa de Europa y Mundial de clubes. 6 títulos de 6 posibles. La temporada perfecta. Hasta aquí el fútbol…

Lo divertido, es que ahora, periodistas de distintas layas, se rompen la cabeza buscando un “nombre” para este equipo; Pep Team, x6 Team (per-sis-tim, juego de palabras entre los 6 títulos y “persistimos” en catalán), Barça de las 6 copas (original a más no poder), etcétera.

Y digo divertido, por que al final, estas cosas, nacen de la gente. El nombre con el que se identificará este equipo, será el que utilicemos dentro de unos años, cuando el Barça no gane nada, y refunfuñemos entre achaques, diciendo que vaya mierda de equipo, que no juegan a nada, y que recordamos al “…” (poner nombre aquí), que lo ganaba todo, deleitando. Que la estrellita de turno, es un tuerce botas al lado del Messi que vieron nuestros ojos a principios de siglo (decir esto será divertido), que ya no se reparte el juego como lo hacían Xavi e Iniesta, que llevamos 20 años buscando un portero como Valdés (al que ahora ponemos verde día si, día no), y que no ha habido otro técnico como Pep Guardiola (que seguramente algún día acabará saliendo en globo del Camp Nou, como todos).


Por que la memoria es así, selectiva, caprichosa, infiel, y en definitiva, una perra. Así que no busquemos nombres ni definiciones, y disfrutemos mientras podamos. Al fin y al cabo, cuando uno está teniendo la mejor sesión de sexo de su vida, no pierde el tiempo preocupándose de cómo la definirá en un futuro…




PD: Sigue sin haber otro delantero como Romario…

10 diciembre 2009

Diario de un famoso (progre)

Ay… mira tú (Haidar).
Esta mañana me he levantado con el cuerpo rumbero, y lo progre subido. Tras mirar al sol en su cénit por el ventanal de mi ático, me he desperezado, y he bajado a desayunar a un restaurante céntrico (y caro) de Madrid.

No es muy normal que me levante con esta necesidad de ser solidario, así que sin dudarlo, he llamado a mi asistenta personal (si, lo sé. Hoy es su día de fiesta, pero es por una buena causa), y le he pedido que me saque un billete para Lanzarote (esto de Internet se me da fatal, si no es para ciber sexo con groupies). La muy inepta no ha podido conseguirme el billete en primera, pero no pasa nada.


Me pongo ropa desenfadada y casual (con acento en la primera “a”). En el viaje me tomo un par de gin-tonics para entonarme (la solidaridad me da tembleques). Ser parte de la sociedad cultural de este país, sin haber leído un libro en meses, no es fácil. A veces requiere de un extra de vitamina L (de lingotazo).


Ya en Lanzarote, me acerco a la terminal 1. Montón de cámaras, gente, un par de autógrafos y saludo a la morita esta… Aymiratú se llama. Huele un poco a rancio, pero es normal, lleva aquí unos días. Le ofrezco un smint, pero no pilla la indirecta y lo rechaza.

Saludo a unos amigos del “gremio de la cultura”, y nos echamos a su lado.

Cuando las cámaras conectan en directo con el telediario, levantamos las manos al aire y gritamos “free aminatu” (excepto Pilar, que se confunde y dice “no a la guerra”, pobre… no sabe que ya no hay guerra. Chochea). La gente nos aplaude.


A media tarde, nos ausentamos para tomar un refrigerio. El catering es bastante completito. Willy Toledo dice que se quedará a pasar la noche. Que humor… pero claro después de dormir con la rubiaca hortera esa, puede pasar la noche con cualquiera.


Hago un par de contactos entre los compañeros de gremio presentes. Igual me sale un papelito en una pelicula (financiada con dinero del estado, claro).
El otro día, un periodista tarado, me preguntó en una entrevista, si yo opinaba que las películas que se financian con dinero del estado, deberían devolver las subvenciones cuando tienen más de 10% de beneficio. En general, yo no tengo opiniones, le dije. ¡Que preguntas más tontas!


Antes de irnos de la terminal, nos hacemos unas fotos con la morita.
Pedro y Pe, se equivocan y se ponen el dedo en la ceja. Con el jet lag, estos dos ya no saben ni a que vienen… pero me va bien. Llamo a mi asistenta (y a mi que me importa que esté de cena de reconciliación con su novio), y le pido que me mire cuanto he ingresado de la SGAE este mes, no está mal (es feo hablar de dinero).


Vuelo de vuelta a Madrid. Dos gin-tonics, y dos números de teléfono.

Creo que ha sido un día productivo. Y solidario claro…

01 diciembre 2009

Reestructuraciones

Aún era de madrugada, pero se presentía tras la bruma que sería un día despejado.
Los perros estaban nerviosos. Hacía un rato que habían encontrado un rastro, y tiraban con vehemencia, haciendo que las correas de cuero se retorcieran como la hiedra sobre los guantes de piel que las aferraban.

Respiró profundamente, intentando controlar sus pulsaciones. No quería volver a casa con las manos vacías. Hizo un gesto con su mano izquierda a sus compañeras de cacería, y acto seguido, asió con firmeza la escopeta que colgaba de su hombro.
Soltó a los perros, que salieron flechados hacia la maleza, y con un movimiento rápido y estudiado, apuntó con su escopeta un par metros por encima de los tres Setters ingleses.
De entre los arbustos, salió apresurado un remolino de aves. Era una suerte de danza espasmódica, antes de poder equilibrar el vuelo, provocada por la emboscada de los perros.
Seis disparos rompieron el cielo del bosque. Un par de revoloteos, y las aves que habían tenido suerte huyeron.




Las tres cazadoras obtuvieron su trofeo, 4 perdices aún tibias y regordetas.

Cenicienta, Aurora, y Blancanieves regresaron a casa. ¡Que tiempos estos, en los que, para comer perdices (y ser felices), eran ellas las que tenían que salir a cazarlas! mientras sus príncipes, en palacio, se dedicaban a hacerse la cera en pecho y espalda.