Entre los que solemos movernos en transporte público, algunos nos distraemos durante los trayectos montándonos películas con otros viajeros como protagonistas.
Cualquier detalle nos vale para centrarnos en esa persona en particular, y articular una micro historia que puede irse alimentando de los gestos de aquella anciana al rebuscar cosas en su desproporcionado bolso, o de la parejita que se discute con miradas asesinas en público.
Las estaciones y aeropuertos son auténticos teatros para los que nos gustan este tipo de chorradas. Son lugares apátridas, con reglas propias y donde la gente al solo estar de paso, puede echarse a dormir sin pudor en posturas extrañas o descalzarse. La gente se desinhibe, va con prisas y eso propicia situaciones atípicas. Lo que os digo, un vergel para distraerse mirando personas.
De vez en cuando, en medio de la marabunta, una persona llama tu atención de un modo distinto. No te inspira nada entretenido, ni ridículo. Es gente que te hace fijar la mirada y endurecer el gesto. Son, la gente siniestra.
Y por siniestro no me refiero a esos metaleros amantes del vampirismo que pueblan de jolgorio y colorida las ciudades (aka goticos), y es que un metalero siniestro de pueblo tiene que tener unos apodos acojonantes; “Mira, ahí va Pablito, de casa muerte”, o “Josete de los ojeras”.
Sea como sea, no es a ellos a quienes me refiero. La gente siniestra, es gente sin explicación, amargante, e inexplicable.
E aquí una breve lista de gente siniestra que me he ido encontrando.
La gente que pide la hamburguesa de pescado en el Mc Donald’s. No jodamos…¿Pescado? ¿Mc Donalds? Me niego a creer que esa gente es de verdad, tiene que ser catadores o algo por el estilo.
Los revisores en general. Por que en que momento uno le dice a su madre:
-Mamá, quiero ser revisor de la RENFE-
Simplemente inimaginable.
Los que se van guardando los azucarillos del café “para un amigo que los colecciona”. ¡Por favor! ¿También colecciona bolsitas de ketchup de los restaurantes de comida rápida? Confesad de una vez, ¿Qué coño hacéis con esos azucarillos? ¿Tenéis caballos? ¿Queréis matar a la abuela?
La gente que baila country. Mira, si eres del sur de los USA o del norte de México, lo entiendo. Es mas, si vas allá de vacaciones y decides integrarte, tiene un pase. Pero ir a reunirte con gente adulta a una nave industrial en Terrassa o Móstoles, disfrazado con botas camperas, chalequillo (decorado con pistolas bordadas), y un sombrero vaquero, no es normal. Lo siento.
La gente que ha descubierto la F1 con Fernando Alonso, y no entiende que no vayas con él. A ver, advenedizos hijos de Tele5. La formula 1 no se la inventó el calvo ese. Algunos perdíamos los mediodias de los domingos antes de que el amigo calvo aprendiese a decir “magic”. Con lo que no tenemos obligación de cambiar de equipo cuando al chico éste lo echan de alguno… Dicho queda.
Las personas que dicen gustar del arte del fútbol, y no idolatran a este tío…
¿Para que decir mas?
Las estaciones y aeropuertos son auténticos teatros para los que nos gustan este tipo de chorradas. Son lugares apátridas, con reglas propias y donde la gente al solo estar de paso, puede echarse a dormir sin pudor en posturas extrañas o descalzarse. La gente se desinhibe, va con prisas y eso propicia situaciones atípicas. Lo que os digo, un vergel para distraerse mirando personas.
De vez en cuando, en medio de la marabunta, una persona llama tu atención de un modo distinto. No te inspira nada entretenido, ni ridículo. Es gente que te hace fijar la mirada y endurecer el gesto. Son, la gente siniestra.
Y por siniestro no me refiero a esos metaleros amantes del vampirismo que pueblan de jolgorio y colorida las ciudades (aka goticos), y es que un metalero siniestro de pueblo tiene que tener unos apodos acojonantes; “Mira, ahí va Pablito, de casa muerte”, o “Josete de los ojeras”.
¿Y la cara de salud que tienen? Angelicos...
Sea como sea, no es a ellos a quienes me refiero. La gente siniestra, es gente sin explicación, amargante, e inexplicable.
E aquí una breve lista de gente siniestra que me he ido encontrando.
La gente que pide la hamburguesa de pescado en el Mc Donald’s. No jodamos…¿Pescado? ¿Mc Donalds? Me niego a creer que esa gente es de verdad, tiene que ser catadores o algo por el estilo.
Estos chicos eran jovenes emprendores hasta que probaron el Mc fish
Los revisores en general. Por que en que momento uno le dice a su madre:
-Mamá, quiero ser revisor de la RENFE-
Simplemente inimaginable.
Los que se van guardando los azucarillos del café “para un amigo que los colecciona”. ¡Por favor! ¿También colecciona bolsitas de ketchup de los restaurantes de comida rápida? Confesad de una vez, ¿Qué coño hacéis con esos azucarillos? ¿Tenéis caballos? ¿Queréis matar a la abuela?
La gente que baila country. Mira, si eres del sur de los USA o del norte de México, lo entiendo. Es mas, si vas allá de vacaciones y decides integrarte, tiene un pase. Pero ir a reunirte con gente adulta a una nave industrial en Terrassa o Móstoles, disfrazado con botas camperas, chalequillo (decorado con pistolas bordadas), y un sombrero vaquero, no es normal. Lo siento.
La gente que ha descubierto la F1 con Fernando Alonso, y no entiende que no vayas con él. A ver, advenedizos hijos de Tele5. La formula 1 no se la inventó el calvo ese. Algunos perdíamos los mediodias de los domingos antes de que el amigo calvo aprendiese a decir “magic”. Con lo que no tenemos obligación de cambiar de equipo cuando al chico éste lo echan de alguno… Dicho queda.
Las personas que dicen gustar del arte del fútbol, y no idolatran a este tío…
¿Para que decir mas?