Porque el mundo es bonito, hasta vomitar.

26 julio 2007

Hipocresías

No soy seguidor del ciclismo como deporte. Yo mas bien hago un seguimiento en clave de sucesos. De lejos, sin interés competitivo, lo imagino como un rebaño de colorines, a la espera de que vayan cayendo uno a uno.
No creo que sea una estafa por el dopaje, como muchos dicen estos días. Yo creo que es una carrera hipócrita. Es hipócrita, por que en general todos pensamos que del primero al último van dopados, y el juego se trata de hacerlo dentro de los límites, sin pasarse de la raya. Vería mas sincero e interesante, un tour "barra libre". Meteos lo que queráis chicos, solo se trata de llegar. Eso si que sería espectacular. Veríamos a corredores sacando espuma, nada de avituallamientos, harían el tour en tres etapas, y sin agua. Es más, no descartaría que algún chalado corriera a pie con la bici a hombros...


Otro tema con una carga de hipocresía bastante alta, es el caso del amigo y ex agente Florez. Por lo visto este ex miembro del CNI pasadito de kilos, fue contactado por los rusos malos vía portal de Internet, y lo sobornaron para comprarle secretos referentes a la seguridad nacional, información clasificada le llaman. Así que a día de hoy, se le acusa de traición. ¿Suena fuerte no? Traición.
Yo veo una doble hipocresía. La primera la del gobierno español. Si, un tío nos ha traicionado, pero los rusos malosos le han comprado información ¡A mi la legión!
¿Por qué no atacamos con todo nuestro arsenal a esos malditos como hicimos con los cuatro borrachos que “invadieron perejil”? Pues por que nos arrean dos guantazos que nos dan la vuelta como a un calcetín... Así que lo mejor es darle caña a Florez. Los rusos no se quedan cortos, nos ningunean siempre, saben que nos pueden romper la cara. Pero no quieren quedar mal, así que van de amiguetes, pero por detrás nos espían. ¡Por favor, si somos un país lo suficientemente ridículo como para estar tres días sin luz por un cable!


Pero el súmum de la hipocresía, es el estudio de la fundación BBVA. Mejor dicho, los que han contestado. Para empezar, y en general, los españoles puntúan su vida con un 7,5. ¡Va hombre va! ¿un 7,5? ¿Con la que está cayendo? Según el estudio, los consultados con estudios universitarios se declaran abiertamente encantados de la vida... han debido preguntar solo a notarios. Abominable. Yo veo a mi fontanero mas feliz que yo, de aquí a Lima.Lo mas divertido e hipócrita del caso, es que la conducta inaceptable mas votada, sea la conducción con una copa de mas (92%). Debe ser que solo el 8% lo ha hecho...

Me pregunto que pensará esa gente de mi propuesta para los ciclistas del tour...

24 julio 2007

Musicidio

Ando liado, adaptándome al nuevo trabajo.
Si, finalmente, después de varias entrevistas, y de preguntas del tipo:

"¿Y por que quieres este trabajo?"

Y a las que mi mente, no podía evitar responder en silencio

"Pues mira, por que soy millonario, y me va el morbillo de trabajar por cuatro duros..."
Bueno, finalmente dedico mis horas a levantar el país.
Pero estos días también han sido de introspección. Supongo que de tanto venderte, acabas preguntándote para que vales y para que no, y es esta parte la que me ha llevado al punto en que me encuentro.
Es momento de que me ponga en pié, y admita que tengo una discapacidad manifiesta para la música.
Dicha discapacidad no sería un problema, de no ser por que me encanta la música, y sin darme cuenta puedo martirizar a la gente de mi alrededor, con intentos malignos de seguir el ritmo a golpes de boli en la mesa. Con los años, la rumba a logrado que pueda moverme con cierto ritmo, e incluso llegue a entonar algunas notas sin ser del todo desagradable. Pero a la que intento acercarme a un instrumento, las musas se indisponen, y un aura de mal rollo se apodera de los que tienen a mal escucharme.


Es por eso, que creo que ha llegado el día en que inicie un peregrinaje por todos los centros educativos en los que he estado, para pedir disculpas uno a uno a los profesores de música, que se vieron en la obligación de soportar los intentos que perpetré con la flauta en mis años mozos. Esos pobres docentes tuvieron que soportar impertérritos como asaltaba canciones sencillas e inocentes, convirtiendo alegres villancicos, en anunciaciones de muerte y desesperación.
A falta de presupuesto para iniciar ipso facto el peregrinaje en cuerpo presente, aprovecho el blog para disculparme, y dar todo mi apoyo y solidaridad a los profesores de música de todo el mundo...
Admiro vuestra entereza.

21 julio 2007

Ni puta gracia

No, no tiene ni puta gracia.
La revista de humor "el jueves", ha sido secuestrada, si señores, se-cues-tra-da en pleno siglo XXI, por la publicación de la portada aquí presente. (a ver si también me van a chapar el blog...)
En la que el principito le dice a su mujer, que si la deja embarazada, eso va a ser lo mas cerca de trabajar que ha hecho en su vida.



Vivimos en un país en el que unos señores, cuyos antepasados fueron supuestamente elegidos por el dedo de Dios, que viven de nuestros impuestos, se reproducen como conejos, disfrutan de vacaciones perpetuas, están al margen de la ley, y por lo visto ahora, nos pueden decir lo que tiene gracia y lo que no.
Muy campechanos ellos, queda claro.

En lo que a mi respecta, mas ridículo que salir así en una portada, es cerrar una revista por un acto así. Queridos Borbones, si no os gusta estar en el candelero, renunciad, es fácil. Dejaréis de ser públicos, nos podremos gastar la pasta que nos costáis en educación, salud, o en subvencionar cursos de macramé si se tercia. El único problema, es que a partir de ahora os tocaría hacer eso, que por lo visto os escuece tanto que os recuerden que no hacéis. TRABAJAR.
Es sonrojante, y no, no tiene ni puta gracia.

¿El gobierno? Bien gracias... se ha quedado a gusto permitiendo esto... si si, muy rojos, mucho correr delante de los grises, pero así va el país...
¿El juez del Olmo? Bien también... muy amable. Los españoles estábamos preocupadísimos por esto. No llega a cerrar la revista con tal diligencia y prontitud, y aquí no se va nadie de vacaciones. Manda cojones las cosas para las que se dan prisa...

De vergüenza, y ni puta gracia.

13 julio 2007

Transformers

Seguramente, debería titular el post:

"Transformers, si la he visto ¿Que pasa?"

Pero no lo haré... Sería demasiado breve.

Lo primero, es poner a la gente en situación.

NO es una peli de Woody Allen.
NO es una peli romántica.
NO es una peli para pensar (si os fijáis no incluyo eso en la sección W.A.).
NO hace falta verla en V.O.S.

Simplemente es una película, donde se utilizan los sentimientos de los que en los ochenta eran niños que se quedaban media hora al día, enganchados a la tele viendo los dibujos animados de los transformers...
Eso puede sonar a crítica, pero no lo es. Para empezar, por que esta técnica, se utiliza muy a menudo, y al menos esta vez, han sido fieles a la intención. Nada de inventos, esto viene a ser un capitulo de la serie de dibujos, pero mas molón. Si no veías los transformers, no vayas, no te va a gustar.

Después del dineral que me he gastado en cine a mi (aún) tierna edad, agradezco la sinceridad de una película. A mi lo que no me gusta, es ir a ver Alejandro Magno, esperando ver una película sobre la historia de un personaje a mi parecer acojonante, y que el director se centre en decir, como un niño pequeño vergonzoso;
“Alejandro Magno era bisexual señoritaaaa....”
O que se propongan explicar la historia de la guerra de Troya, y pasen mas tiempo untando de aceite los músculos de Bad Pitt, que en guionar un poco la película.
Eso, a mí, que queréis que os diga, me jode.

Por lo demás, la historia de siempre. Frases heroicas ridículas, pechugas bronceadas (aptas para menores de 13), alguna explosión (no demasiadas), y patriotismo americano, esta vez con el añadido de unos robots molones que marcaron mi infancia. Uno, quieras que no, tiene su corazoncito y un apego a sus cosas.



Si queridos amigos, yo también tengo mi rinconcito superficial y comercial. Pero que queréis que os diga, para mi esta película son gotitas de los años ochenta remasterizadas...

09 julio 2007

Suertes

Compras un helado en una máquina y te cae otro.
¿Suerte?
Muchos pensarían que si, al fin y al cabo, el 2x1 es uno de los mayores reclamos inventados por los perversos druidas del capitalismo.
Pero no es suerte, para empezar por que se trata de un “maxichocobon”. Lo miras y lo remiras con cara de duda, es un helado que no pinta muy bien.



Estas solo, así que no puedes compartirlo, “tienes” que comerte los dos helados. Para algo gratis que da la vida, no puede desperdiciarse.
Decides abandonar el bar y salir al sol. Es bien sabido que con una buena iluminación, hasta Ana Obregón puede verse mejor, preguntadle si no a Issis (sobre la iluminación, no sobre A.O.), así que intentas mejorarle la cara a la suerte con un poco de luz.



Pero enseguida te das cuenta de dos cosas. Primera, no puedes guardarte un helado en el bolsillo, a no ser que tengas muy claro que no quieres tener descendencia (si, en efecto este es un blog machista, denunciadme), y segundo, la pinta que tiene un “adulto” mientras come un helado, y tiene otro por abrir en la mano es patética.
No admito discusiones, mi suerte últimamente, tiene dislexia.

05 julio 2007

Una historia de éxito

El éxito es un término muy ambiguo. No existe una tabla o una regla para medir el éxito, y no hablo solo de su magnitud, es difícil determinar si simplemente algo tiene o no éxito.

Esto que digo no tiene ningún mérito, cualquiera que se pare a pensar un poco acerca del éxito, se dará cuenta de que algo que para él es un éxito, para su vecina, su abuela o el vendedor de cupones, no lo es. Esta propiedad de éxito es transitiva, y podemos verlo estos días en la TV, en el debate del estado de la nación. Para los que mandan, todas sus acciones son éxitos sin paliativos, y para los que querrían mandar, todo es un desastre.

Yo llevo un par de meses pensando en esto del éxito, y no por que yo sea precisamente una persona exitosa. Al contrario, tiendo al desastre, al inacabado y a la inconstancia, y para muestra, las actualizaciones de este blog; dispersas, discontinuas y escasas.

Hace unos meses, me rebelé en contra de mi inconsistencia creativa, y presenté un diseño para la camiseta de la universidad. Cosas de la vida y del gusto de mis compañeros, ¡oh maravilla! resulté ganador. Un éxito, pensé al momento. Mi diseño relucirá en los torsos, espaldas y pechos de mis compañer@s. Por primera vez, algo creado por mi será de dominio público. Me cruzaré por la calle con desconocidos, que sin saberlo, llevarán puesta una pizca de mi creatividad (la reparto a pizcas, por que dispongo de poca). Mis camisetas (si, las considero mías ¿Que pasa?) serán testigos silenciosos de viajes, situaciones incómodas, discusiones, sesiones de sexo salvaje...
(Aclaro que no soy un fetichista, simplemente me emocioné)



Pero el destino, tenía sus propios planes para las camisetas, y 300, entre ellas todas las de chica, fueron “sustraídas” del almacén de la universidad. ¡Oh desgracia! pensé. Mi plan para dominar el look de los pechos en el campus, contaba con 300 soldados menos. Y eso, cuando tu ejercito es de 1000 soldados, es mucho. Además ¿alguien conoce mejor escaparate que los pechos en verano?
Me resigné como solo sabemos hacerlo los amateurs, y seguí a lo mío que es la vida contemplativa.
Debió pasar una semana desde del robo, y empezaron a verse camisetas por el campus. Me hacía ilusión verlas, pero admito que aún pensaba en las perdidas. Hasta que una tarde, regresando a casa, el destino dio otro giro de tuerca a esta historia insulsa de robos. Cruzaba por el barrio gitano de Lérida, y pude ver a dos mujeres entradas en años y carnes, embutidas en dos de las camisetas. No solo eso, sino que las cuatro o cinco niñas que las acompañaban, lucían sendas camisetas varias tallas grandes para ellas. Y ahí, viendo aquella especie de demostración de para que tallas no estaban pensadas aquellas prendas, empecé a pensar en el éxito. Y es que por más que sean robadas, las camisetas son para ser usadas, así que gracias a un mangui cutre, mis camisetas llegarán a donde antes no habrían llegado nunca.
Un éxito, sin duda...