¿Y si son ciertas algunas de las promesas religiosas que actualmente considero milongas?
No se, tal vez sea por que últimamente veo cambios donde no esperaba movimientos, pero a ratos me sorprendo en plena introspección, preguntándome a donde me lleva despilfarrar dinero comprando post-it’s de marca, a costa de ahorrar en tratamientos para el pelo. ¿Tiene sentido caminar cinco calles más para ir hasta el Mecadona para ahorrar seis euros? ¿Tiene algún sentido universal utilizar desodorante sin alcohol?
Y en medio de estas dudas existenciales, me entraron los miedos y las prisas. ¿Y si en el más allá te obligan a decidir en que quieres reencarnar sin darte tiempo a pensarlo bien?
(Puestos a apostar por alguna religión, apuesto por la Neudobukor, la secta más próxima al sistema de creencias reencarnación - karma. Son cristianos de origen ruso pero incluyendo: Rechazo a la Iglesia, reencarnación, iconoclasta, pacifismo, naturaleza humana de Jesús, y ponen en duda la Biblia. La mayoría de neodukobors han cogido estas nuevas creencias de la TV o mass media. Para ellos, es una buena religión: Sin el horrible infierno para los pecadores, y el karma, que es más permisivo en ciertos pecados, ellos pueden hacer todo lo que les venga en gana mientras no molesten. ¡Molan!)
Bueno, pues me imaginé en pleno ataque de nervios computando pros y contras, y eligiendo mal la reencarnación de turno. Así que me puse a pensar algún “algo” en lo que reencarnarme.
Me acordé de mi perro, cuyas mayores preocupaciones son (en este orden); ver por donde escapar, para hacer repartos de tele-sexo a domicilio a las perras de los vecinos (y me refiero a sus cánidos), y encontrar un rincón soleado por las mañanas. Pero pensé que hay perros con peores vidas que la de Don, y hay que asegurar el tiro. Perro descartado.
Organismos unicelulares descartados, yo quiero placeres.
El tema gato pasó por mi cabeza, pero tener que lamerme según qué, para limpiarme me desanimó (lo siento, soy un poco ascos).
De repente se me encendió la bombilla. Quiero reencarnar en una sartén. Pero no en una cualquiera, yo seré una sartén “de tortilla de patatas” (SdTdP). Las sartenes para hacer tortilla de patatas, son exclusivas. Son los utensilios más mimados de nuestra sociedad, ningún Ipod, vajilla, palm, u ojiva nuclear, recibe mejor trato que estas sartenes.
Todos los que hayáis rayado la SdTdP de vuestra madre sabéis de lo que os hablo. Y a los que se os ha pegado una tortilla, al querer darle la vuelta por estar rayada también me entendéis. Yo en mis peores pesadillas, sueño que lavo la sarten de tortillas de mi madre con una nanas...
Todo son pro’s, no lo intentéis. No me haréis cambiar esta elección...
(¡ah! y la tortilla siempre con cebolla evidentemente)
No se, tal vez sea por que últimamente veo cambios donde no esperaba movimientos, pero a ratos me sorprendo en plena introspección, preguntándome a donde me lleva despilfarrar dinero comprando post-it’s de marca, a costa de ahorrar en tratamientos para el pelo. ¿Tiene sentido caminar cinco calles más para ir hasta el Mecadona para ahorrar seis euros? ¿Tiene algún sentido universal utilizar desodorante sin alcohol?
Y en medio de estas dudas existenciales, me entraron los miedos y las prisas. ¿Y si en el más allá te obligan a decidir en que quieres reencarnar sin darte tiempo a pensarlo bien?
(Puestos a apostar por alguna religión, apuesto por la Neudobukor, la secta más próxima al sistema de creencias reencarnación - karma. Son cristianos de origen ruso pero incluyendo: Rechazo a la Iglesia, reencarnación, iconoclasta, pacifismo, naturaleza humana de Jesús, y ponen en duda la Biblia. La mayoría de neodukobors han cogido estas nuevas creencias de la TV o mass media. Para ellos, es una buena religión: Sin el horrible infierno para los pecadores, y el karma, que es más permisivo en ciertos pecados, ellos pueden hacer todo lo que les venga en gana mientras no molesten. ¡Molan!)
Bueno, pues me imaginé en pleno ataque de nervios computando pros y contras, y eligiendo mal la reencarnación de turno. Así que me puse a pensar algún “algo” en lo que reencarnarme.
Me acordé de mi perro, cuyas mayores preocupaciones son (en este orden); ver por donde escapar, para hacer repartos de tele-sexo a domicilio a las perras de los vecinos (y me refiero a sus cánidos), y encontrar un rincón soleado por las mañanas. Pero pensé que hay perros con peores vidas que la de Don, y hay que asegurar el tiro. Perro descartado.
Organismos unicelulares descartados, yo quiero placeres.
El tema gato pasó por mi cabeza, pero tener que lamerme según qué, para limpiarme me desanimó (lo siento, soy un poco ascos).
De repente se me encendió la bombilla. Quiero reencarnar en una sartén. Pero no en una cualquiera, yo seré una sartén “de tortilla de patatas” (SdTdP). Las sartenes para hacer tortilla de patatas, son exclusivas. Son los utensilios más mimados de nuestra sociedad, ningún Ipod, vajilla, palm, u ojiva nuclear, recibe mejor trato que estas sartenes.
Todos los que hayáis rayado la SdTdP de vuestra madre sabéis de lo que os hablo. Y a los que se os ha pegado una tortilla, al querer darle la vuelta por estar rayada también me entendéis. Yo en mis peores pesadillas, sueño que lavo la sarten de tortillas de mi madre con una nanas...
Todo son pro’s, no lo intentéis. No me haréis cambiar esta elección...
(¡ah! y la tortilla siempre con cebolla evidentemente)