No se como he llegado al punto en que me encuentro.Siempre había recelado de la gente en mi situación. Pobres de espíritu, de mente blanda y voluntad volátil, unos “pimpines”. Vándalos sin más.
Pero ahora que estoy dentro, lo veo todo diferente. Se empieza por necesidad y, por cabreo. Como bien sabemos la generación de los 80’s: (…) la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento (…) y de ahí al lado oscuro, hay dos paradas de metro.
Pero ahora que estoy dentro, lo veo todo diferente. Se empieza por necesidad y, por cabreo. Como bien sabemos la generación de los 80’s: (…) la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento (…) y de ahí al lado oscuro, hay dos paradas de metro.
Ahí estoy yo, en pleno lado oscuro.Es todo tan simple, como que un día te mangan la antena del coche. El civismo y las escuelas de pago pueden ayudar a que no te lances a robar una antena, pero el primer día en que te encuentras en medio de un atasco sin radio, empieza a crecer en ti el odio hacia el mamón o mamona que te mangó la susodicha antena, y juras que jamás volverás a estar en esa situación ¡No sin pelear!
Y así, una noche, con nocturnidad alevosía y ventaja, atracas el primer coche aparcado con una antena compatible con el tuyo. En ese momento has vendido tu alma al diablo. Ya nunca serás el mismo, has entrado a formar parte de los concursantes de la:
“Liga freestyling de manguis de antena”
No se trata de una liga unificada, hay una liga por cada modelo de antena. En realidad solo falta una única antena por modelo de coche en todo el país. Cada liga la funda uno de los miembros de la “Federación de antenas multipropiedad”, robando una única antena de cada modelo, y ahí empieza el baile…
Si no tienes la antena, quiere decir que eres el pringado de turno, y por tanto te toca salir a la calle a agenciarte una. ¡Ni se te ocurra comprarla! Si lo haces, automáticamente te será robada para que siga la competición. Puede que no lo sepas, pero se lleva un conteo con el que pasa menos días sin antena.
No dejes pasar el tiempo.