Tres días a la semana, me toca pasar por la oficina en Barcelona.
Como vivo fuera de la gran urbe, y el ayuntamiento de Barcelona en otra de esas decisiones que toma para salvar nuestras almas de nuestra propia idiotez, ha convertido la ciudad en un parking de pago insostenible, me es imposible con mi sueldo y poca paciencia, bajar a la city en coche. Así que de un modo cívico y silencioso, llevo mi súper coche de empresa hasta el parking de la Universitat Autónoma de Barcelona, lo abandono ahí a su suerte, y hago uso de los maravillosos ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya para entrar en Barcelona.
Pero éste no es un post de queja / denuncia / vaciado de bilis, no. Éste es un post de confesión (uno más).
Soy una persona en la que se mezclan con curiosos resultados el ser inquieto a la vez que macabro, y dicha mezcla, me lleva a perpetrar actos como el que hoy confieso.
Desde hace una temporada, cual afanosa hormiguita, recopilo diarios gratuitos de toda calaña. Día a día, voy llevando a casa ejemplares y los ordeno pacientemente por fecha. Actualmente, mi hemeroteca me permite viajar dos meses hacia el pasado.
Los días en que me toca ir a la oficina y no puedo alebrestarme en el campo, suelo aburrirme como una ostra en el trayecto del tren, así que he ideado un entretenimiento.
Cada día, al salir de casa, introduzco en mi maletín uno o varios ejemplares (según mi grado de aburrimiento o maldad del día), los cuales finjo leer al ocupar mi asiento en los ferrocarriles. Al cabo de cinco minutos, de manera distraída, dejo el ejemplar de periódico retrasado, al alcance de cualquier persona que quiera matar unos minutos poniéndose al día.
A las 8:30 de la mañana, la mayoría de víctimas son incapaces de distinguir una tortuga de su reloj de pulsera, y su mente se resiste a aceptar que las noticias que está leyendo son agua pasada. Los que son aficionados al fútbol suelen descubrir el engaño al llegar a la sección de deportes, pero la gran mayoría leen las noticias de política internacional sin distinguir pasado de presente.
Me encanta ver sus caras de duda o sorpresa al pensar que una noticia pueda estarse repitiendo. Cual Bill Murray en atrapado en el tiempo (mas conocida como “El día de la marmota), casi todos suelen dudar. Sus ceños fruncidos, los morritos al frente y finalmente una hojeada a la portada en busca de la fecha. Para cuando se dan cuenta, yo ya he tenido mi satisfactoria dosis de burla y puedo volver a perderme en el anonimato de mi ipod.
Como vivo fuera de la gran urbe, y el ayuntamiento de Barcelona en otra de esas decisiones que toma para salvar nuestras almas de nuestra propia idiotez, ha convertido la ciudad en un parking de pago insostenible, me es imposible con mi sueldo y poca paciencia, bajar a la city en coche. Así que de un modo cívico y silencioso, llevo mi súper coche de empresa hasta el parking de la Universitat Autónoma de Barcelona, lo abandono ahí a su suerte, y hago uso de los maravillosos ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya para entrar en Barcelona.
Pero éste no es un post de queja / denuncia / vaciado de bilis, no. Éste es un post de confesión (uno más).
Soy una persona en la que se mezclan con curiosos resultados el ser inquieto a la vez que macabro, y dicha mezcla, me lleva a perpetrar actos como el que hoy confieso.
Desde hace una temporada, cual afanosa hormiguita, recopilo diarios gratuitos de toda calaña. Día a día, voy llevando a casa ejemplares y los ordeno pacientemente por fecha. Actualmente, mi hemeroteca me permite viajar dos meses hacia el pasado.
Los días en que me toca ir a la oficina y no puedo alebrestarme en el campo, suelo aburrirme como una ostra en el trayecto del tren, así que he ideado un entretenimiento.
Cada día, al salir de casa, introduzco en mi maletín uno o varios ejemplares (según mi grado de aburrimiento o maldad del día), los cuales finjo leer al ocupar mi asiento en los ferrocarriles. Al cabo de cinco minutos, de manera distraída, dejo el ejemplar de periódico retrasado, al alcance de cualquier persona que quiera matar unos minutos poniéndose al día.
A las 8:30 de la mañana, la mayoría de víctimas son incapaces de distinguir una tortuga de su reloj de pulsera, y su mente se resiste a aceptar que las noticias que está leyendo son agua pasada. Los que son aficionados al fútbol suelen descubrir el engaño al llegar a la sección de deportes, pero la gran mayoría leen las noticias de política internacional sin distinguir pasado de presente.
Me encanta ver sus caras de duda o sorpresa al pensar que una noticia pueda estarse repitiendo. Cual Bill Murray en atrapado en el tiempo (mas conocida como “El día de la marmota), casi todos suelen dudar. Sus ceños fruncidos, los morritos al frente y finalmente una hojeada a la portada en busca de la fecha. Para cuando se dan cuenta, yo ya he tenido mi satisfactoria dosis de burla y puedo volver a perderme en el anonimato de mi ipod.
12 comentarios:
Genial! Vuelvo aquí después de siglos y me encuentro esta iniciativa aviesa a la par que estimulante. Propongo crear una red de desinformación mediante la sustitución no sólo de los periódicos gratuitos sino de los rotativos en los bares. Ir al bar a última hora, llevarse el periódico y, al tomar el café a la mañana siguiente, dar el cambiazo.
Saludos
El día que deje de poner los pinriódicos en el metro, creo que empezará a desarrollársele síndrome de Diógenes... hasta entonces, es una buena forma de empezar el día.
Eso si, a mi me costaría contener la risa.
Que grande es usté, mencantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Joan, organicémonos, y denunciemos las legañas cerebrales mañaneras de este pais!!!
Con lo variadito de la geografia de visitantes, creo que tendriamos una buena red de desinformacion para empezar.
Folken, gracias a este ejercicio matutino, he conseguido un autocontrol capaz de transformar mi risa de marinero borracho, en una sorisa interior digna de cualquier institutriz victoriana.
Curry, aprovecha que es gratis!!!
Así que eres tú el graciosillo de los periódicos???? ¿Qué pasaría si llevas un número de la once y resulta que en ése periódico sale premiado?? ;-P
Por hoy sólo diré dos cosas, que la gente se aburre mucho y que menos mal que voy caminando al trabajo .... y por curiosidad, ¿de qué ipod está usted hablando ? jeje
jaja...juer, me parece que voy a copiar tu idea..Los titulares deportivos deben de ser...uffff
Saludoss
Debo admitir que gracias a este post, hoy he refinado mi tecnica...
Cambio la pagina de portada por la del dia correcto, ¡y las caras de la gente molan mas!
Africa, en la ciencia, siempre sufre alguien!
Elena, el ipod, es MINI ¡por supuesto!
Chulima, quedas fichada para la red de desinformacion!
juaaaa que buenoooo. Ostras, las caras deben ser buenísimas; seguro que no me aguantaría la risa. Lástima que en Andorra no tenga la posibilidad, si no...me unía al clan de la desinformación. Es buenísimo!!!
Pd.- Hay que estar como una cabra para que se te ocurran estas ideas...
magnífic!!
ets una mala persona encantadora. :)
estaria bé fer el cambiazo a una consulta del metge, canviar les lectures, holes i altres revistes del coraçao per revistes porno...
XD
A quién habrá salido usted, con toda esa perversión informativa,haber si va a resultar usted un vulgar plumilla en su corazón?
Publicar un comentario