El ínclito Joan, tuvo a bien contagiarme un meme.
Se trata de definir tu relación con los siete pecados capitales. Seguiré el orden de Gregorio I el Magno, ya me conocéis soy un clasicote.
Lujuria
El reflejo de la lujuria en mi persona se concentra en mi mirada cada vez que entro en la fnac a principios de mes. De mis ojos salen cálidas miradas que invitan a los ipod touch a venirse conmigo a un rinconcito apartado. Hago morritos a algunos libros, dejándoles entender a las claras lo que les haría a solas en casa...
Si amigos, la lujuria se desata en mi al cruzar las puertas de la fnac. Estoy pendiente de comprobar la cara que pongo al entrar en un concesionario de Harley Davidson.
Gula
La gula tiene dos variantes, la dulce y la salada. Ante la primera me rindo cada vez que entro a una tienda de chuches. A mi no me deis chocolates caros, ni pasteles, enseñadme una bolsa de plástico preñada de gomitas y seré vuestro. Es mas, no voy al cine si no tienen tienda de chuches, y a los cines con chuches rancias tampoco.
La variante salada se deja ver en otra multinacional. En IKEA, si a mi en esas tiendas no me da solo por el consumismo (que también), a mi se me abre el apetito, oh señor, gracias por crear las patatas fritas sabor cebolla de IKEA (no hablo mas de ellas que babearé el teclado).
Avaricia
Soy avaro con las chuches. Odio a la gente que cuando hay que comprarlas dice “no, yo no como” y una vez empezada la película empieza a pedirte.
¡Si no querías chuches, no querías chuches! (ostia ya)
Pereza
La pereza es esa fuerza de gravedad aumentada que te impide levantarte de la cama a apagar la luz, o del sofá para cambiar de canal cuando se le acaban las pilas del mando. Yo queridos lectores, he llegado a tragarme Titanic en la tele, con tal de no levantarme en una noche fría. Un vistazo a mi barba, a mis melenas, o a mi expediente académico también sirve para ilustrar este pecado.
Ira
La ira en los felices principios de los noventa, se resumía en la sensación que tenías cuando descubrías que alguien había grabado algo encima de tu VHS con el unplugged de Pearl Jam. Hoy en día suelo expresarla a modo de “santoral satánico” cada vez que mi ordenador no pilla el wi-fi. La ira... esa eterna transformista.
Envidia
La envidia es el más camaleónico de mis pecados. Si veo a alguien con una bolsa de chuches mas grande que la mía, o con mas bolsas de patatas IKEA que yo en el maletero, puede que sienta un pellizco de envidia. Pero lo que de verdad me hunde, es ver a alguien con una Harley de las que me gustan.
Soberbia
Cada vez que alguien dice delante de mí que sabe hacer salsa de patatas bravas o romesco; sonrío, asiento levemente con la cabeza y, pienso...
“Si, seguro que sabes... iluso” (si me cae mal cambio el “iluso” por “imbécil”)
Creo que eso podría ser calificado de soberbia (solo por la gente que no haya probado mis respectivas salsas claro).
La siguiente ronda, me gustaría que la preparasen Esteve y Elena.
Se trata de definir tu relación con los siete pecados capitales. Seguiré el orden de Gregorio I el Magno, ya me conocéis soy un clasicote.
Lujuria
El reflejo de la lujuria en mi persona se concentra en mi mirada cada vez que entro en la fnac a principios de mes. De mis ojos salen cálidas miradas que invitan a los ipod touch a venirse conmigo a un rinconcito apartado. Hago morritos a algunos libros, dejándoles entender a las claras lo que les haría a solas en casa...
Si amigos, la lujuria se desata en mi al cruzar las puertas de la fnac. Estoy pendiente de comprobar la cara que pongo al entrar en un concesionario de Harley Davidson.
Gula
La gula tiene dos variantes, la dulce y la salada. Ante la primera me rindo cada vez que entro a una tienda de chuches. A mi no me deis chocolates caros, ni pasteles, enseñadme una bolsa de plástico preñada de gomitas y seré vuestro. Es mas, no voy al cine si no tienen tienda de chuches, y a los cines con chuches rancias tampoco.
La variante salada se deja ver en otra multinacional. En IKEA, si a mi en esas tiendas no me da solo por el consumismo (que también), a mi se me abre el apetito, oh señor, gracias por crear las patatas fritas sabor cebolla de IKEA (no hablo mas de ellas que babearé el teclado).
Avaricia
Soy avaro con las chuches. Odio a la gente que cuando hay que comprarlas dice “no, yo no como” y una vez empezada la película empieza a pedirte.
¡Si no querías chuches, no querías chuches! (ostia ya)
Pereza
La pereza es esa fuerza de gravedad aumentada que te impide levantarte de la cama a apagar la luz, o del sofá para cambiar de canal cuando se le acaban las pilas del mando. Yo queridos lectores, he llegado a tragarme Titanic en la tele, con tal de no levantarme en una noche fría. Un vistazo a mi barba, a mis melenas, o a mi expediente académico también sirve para ilustrar este pecado.
Ira
La ira en los felices principios de los noventa, se resumía en la sensación que tenías cuando descubrías que alguien había grabado algo encima de tu VHS con el unplugged de Pearl Jam. Hoy en día suelo expresarla a modo de “santoral satánico” cada vez que mi ordenador no pilla el wi-fi. La ira... esa eterna transformista.
Envidia
La envidia es el más camaleónico de mis pecados. Si veo a alguien con una bolsa de chuches mas grande que la mía, o con mas bolsas de patatas IKEA que yo en el maletero, puede que sienta un pellizco de envidia. Pero lo que de verdad me hunde, es ver a alguien con una Harley de las que me gustan.
Soberbia
Cada vez que alguien dice delante de mí que sabe hacer salsa de patatas bravas o romesco; sonrío, asiento levemente con la cabeza y, pienso...
“Si, seguro que sabes... iluso” (si me cae mal cambio el “iluso” por “imbécil”)
Creo que eso podría ser calificado de soberbia (solo por la gente que no haya probado mis respectivas salsas claro).
La siguiente ronda, me gustaría que la preparasen Esteve y Elena.
16 comentarios:
tan buenas estan las patatas del ikea?
yo es que tengo q confessar no haber pisado nunca un ikea... (q vergüenza! xD )
No soy una persona objetiva para responder a esa pregunta, a mi me encantan...
jajajjaja me ha encantado, y me están dando unas ganas de darme un paseito al ikea a por unas patatas de esas.... decididamente tengo que probarlas.
jajajajjaa q bueno!! aki se descubren pecados mortales!!! i si son con xuxes mas! :P
Yo no se como hara ud. la salsa noseque, pero lo que es la comida de verdad no parece que la domine... Y menos como yo.
Iluso...
Está clarísimo que debemos juntar tus soberbias salsas con mis soberbias patatas fritas. ¡La dominación gastronómica mundial está al caer! ¡Ferran Adrià, prepárate!
Viva la soberbia culinaria.
Claire, visualizo una peegrinación al IKEA mas cercano para hacer bautismos multitudinarios de sus patatas.
(si alguien de IKEA me lee, creo que me estoy ganando un lote de patatas de cebolla)
Deja vie, el post solo es aclarativo, leyendome un poco, se ve a la legua que soy de los de pecar a diario.
Sr Folken, las salsas en general se me dan bien, y si su comentario es un reto, no temo recoger el guante.
Joan, hagámoslo! Ademas ya tendríamos el nombre para el chiringuito. "La Soberbia"...
Espectacular
Diosssssssssssssss!!!!! me ha tocadooooooooooooo!!!! jajaja vale, vale, prometo confesar mis pecados en los próximos dias. Ummmm otro lujurioso de la Fnac ... a mi también me da un no sé que cada vez que voy. En esos momentos es cuando agradezco tener esa precaria economía de la que siempre me quejo.
Coincido en la debilidad por las HD, preferiblemente clásicas. Ahora bien, con lo que cuestan puedes comprar una estantería entera de la Fnac o una tienda de chuchues.
Puedes quedarte con la parte que me toca del pastel de las patatas fritas de bolsa. Sólo tolero unas que venden en Cádiz con ajo y perejil.
Salud
Bueno... tus salsas, aquí estoy yo sin probarlas, como santo tomás si no lo veo no lo creo.
Lo de la lujuría he sido testigo de ello y aun le rezo a la madre teresa para que nos perdone esas Navidades...tu ja m'entens...La HD te la pongo para Reyes o para Papa Noel?? es una miniatura monísima...
ohh tengo que probar esas patatas del IKEA!
Ok prenc nota...
per cert... a mi la truita de patates em surt més bona que a tu...
però aixó no és pas sobèrbia... sinó realitat... ;)
Angel, se que un dia caerá una. Soy demasiado caprichoso.
Tia cookies, pasas poco por casa. A ver si en alguna de las cuchipandas de navidad coincidimos jeje
Esteve, aixo no es soberbia, molt menys realitat. De fet, ho fare public. Les teves truites sempre les he menjat cremades o amb algun tipus de malformacio deguda a accidents. Aixi que segueixo esperant que et presentis en condicions...
se me olvidaba, joder, siempre se me olvida...
SIN CEBOLLA
Folken los aires franceses lo estan convirtiendo a usted en un piquetero...
No me sorprendera verlo en breve tirando fresas al suelo en la frontera
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