Decía uno, que en la espera de lo deseado residía parte de la felicidad.
Supongo que se refería a esa sensación en el estómago la mañana en que sabes que a la tarde, te espera algo que llevas tiempo deseando.
Como aquellos nervios nocturnos el día antes de ir de excursión cuando éramos pequeños.
Los últimos minutos al despedir a los invitados, cuando tu pareja ha estado haciéndote promesas inconfesables por debajo de la mesa.
Pero algunas veces, la espera se hace tan larga, que cuando llega, acabamos bebiendo el champán a morro. Dejando a un lado las exquisiteces, simplemente sedientos.
Como los ríos caudalosos, de los que uno espera una desembocadura violenta y enérgica. Lo imagina con ese morbillo de la destrucción, y se sorprende al ver como todo se apaga en un puñetero delta (con perdón).
El jueves pasado se me acumularon todas estas sensaciones. Situaciones ya imaginadas, vividas tantas veces en la mente, que cuando realmente las tienes delante, parecen casi cotidianas.
Así entregué el que (ahora se) ha sido el último examen de la carrera. En silencio y sin las fanfarrias imaginadas.
No hice el examen con la nariz de payaso puesta, o en calzoncillos (como si hice en la selectividad), ni puse una nota de despedida al final del examen (supongo que por que la asignatura era ni fu ni fa). Simplemente lo hice, y lo entregué.
Supongo que Punset (grande entre los grandes, ohh... te alabamos señor), si no recuerdo mal la frase es suya, ya no recuerda lo que es hacer exámenes. Así que aprovecho para afirmar que la felicidad, reside en la nota...
(Aunque espero el día en que a mi también se me olvide lo que es hacer un examen)
Supongo que se refería a esa sensación en el estómago la mañana en que sabes que a la tarde, te espera algo que llevas tiempo deseando.
Como aquellos nervios nocturnos el día antes de ir de excursión cuando éramos pequeños.
Los últimos minutos al despedir a los invitados, cuando tu pareja ha estado haciéndote promesas inconfesables por debajo de la mesa.
Pero algunas veces, la espera se hace tan larga, que cuando llega, acabamos bebiendo el champán a morro. Dejando a un lado las exquisiteces, simplemente sedientos.
Como los ríos caudalosos, de los que uno espera una desembocadura violenta y enérgica. Lo imagina con ese morbillo de la destrucción, y se sorprende al ver como todo se apaga en un puñetero delta (con perdón).
El jueves pasado se me acumularon todas estas sensaciones. Situaciones ya imaginadas, vividas tantas veces en la mente, que cuando realmente las tienes delante, parecen casi cotidianas.
Así entregué el que (ahora se) ha sido el último examen de la carrera. En silencio y sin las fanfarrias imaginadas.
No hice el examen con la nariz de payaso puesta, o en calzoncillos (como si hice en la selectividad), ni puse una nota de despedida al final del examen (supongo que por que la asignatura era ni fu ni fa). Simplemente lo hice, y lo entregué.
Supongo que Punset (grande entre los grandes, ohh... te alabamos señor), si no recuerdo mal la frase es suya, ya no recuerda lo que es hacer exámenes. Así que aprovecho para afirmar que la felicidad, reside en la nota...
(Aunque espero el día en que a mi también se me olvide lo que es hacer un examen)
11 comentarios:
mmmmm un gran abrazo, no se si la sensación que te quedo fué de vacío... sabes la nota?
besotes!!
(gracias por tus palabras)
aiguamarina
Me quedó la sensación de no haber vivido del todo el momento. Como de quién no hace los deberes.
Pero la nota (N) lo borra todo! jeje
a mi aún me queda para el último...
aunque siento decirte que mi madre aún tiene pesadillas con los examenes, tan faciles de olvidar no seran, o la traumó mucho hacer medicina, o simplemente en mi casa estamos mal
felicidades graduated man...ara sí que ets un home complet...jejeje...ENHORABONA I DISFRUTAUUUUUUU I CELEBRAUUUU
Pues si lo de no hacer examenes esta muy bien, pero, no se confie usted pq en el momento menso esprado, cuando no sepa hacia donde focalizar su vida, se plantea usted seriamente hacer oposiciones y .....vuelta al ruedo, cosas mas raras se han visto, asi que para no arriesgar, Nunca digas nunca, jamas.
Sigues creciendo queridísmo Denke!! Muchas felicidades...x cierto, la vida no deja de ponerte exámenes, ara éso sí, se aprueban como éstos, poniéndoles gana. Un beso :-)
Cuando tenía 31 años hice el último de mis exámenes y me prometí a mí misma no pasar por ello nunca más. Ya tengo mi curro, varias especialidades y a partir de allí, sólo leo, voy a cursos, cursillos y demás, pero jamás bajo la amenaza de un examen.
Enhorabuena por el notable. ¡Olé!
Enhorabuena... sí que es para estar feliz esa pedazo de nota.... ahora lo que viene también tiene tela, eh?
Entonces, ¿ya has acabado la carrera? oleeeee ... tu si que vales...un potosí!!
Marina, yo soy poco de pesadillas, y algo olvidadizo, a ver si hay suerte...
Merci estherilla!
Curry, a pesar de que mis animos currantes encajan en el ambiente funcionarial, no me veo de momento en tales lides.
Gracias africa! Si que crezco si, y como me descuide empezare a crecer también a lo ancho =P
Aprendiza, lo mas seguro es que me lie la manta la cabeza y haga algunos mas. Eso si, espero acabar antes de los 31, por poquito que sea.
Claire, de momento pienso en presente. Ya me buscaran lo agobios, no yo a ellos! ;)
Elena, para la carrera queda cosa de un mes. El poyecto se está haciendo el interesante (el jodío)
normal q estiguis feliç com una perdiu... (q rar, no rima...)
t'ha faltat la comparativa amb la truita de patates que desitges durant hores i q quan arribes a saragossa la tragues (exacte, sense mastegar) i te'n vas a dormir amb un alien a l'estomac...
però qué bona q estava... quina dona!!
felicitats de nou!
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