Pues si, y parece que al final lo han prohibido, previo paso por todas o casi todas las portadas (o casi) de los periodicos de tirada nacional...
Como ya sabeis, soy muy muy muy amigo de la censura de campañas publicitarias, ya sea por parte del “instituto de la mujer” o por el de “escanciadores de sidra zurdos”.
En su articulo del Run run de ayer, (de lectura recomendada) Quim Monzó, interpretaba el anuncio, como que la pobre chica había sufrido un desmayo, y el agraciado modelo, la socorria untado en aceite, inmobilizandole las manos para evitar que se autoinfligiese algun daño. Monzó critica así la libre interpetación de los o las amigas del instituto de la mujer (que a ver si se graduan ya).
Su texto, me hizo recordar, que no hay ropa que nos tape de los ojos del obseso. Pero despues de sonreír por la ocurrencia del sr. Monzó, empezó a burbujear en mi un pequeño cabreo. Por que estoy un poco harto de que decidan que podemos procesar y que no. Suponer que una fotografía puede incitar a la violencia sexista, o hacer admisible la utilización de la fuerza, es tratarnos de imbéciles. Suponer que los señores de D&G van a convencerme de que pegar o forzar a una mujer es cool, cuando no han sido capaces ni de venderme uno de sus trapitos es sobrevalorar sus capacidades comunicativas, e infravalorar mi moral y mi capacidad de raciocinio. Amén de que aquellos que son capaces de agredir a quien no puede defenderse, llamale mujer, niño, perro u otro hombre, no necesitan que una valla publicitaria los aliente a hacerlo, o les haga creer que eso esta bien.
Personalmente, el anuncio me parece feo, y lo prohibiria antes por eso, que por otra razón. Pero veo que cada dia es más dificil ser transgresor, ya que siempre habrá alguien en desacuerdo, que mandará una carta flambeada de indignación al director de un periodico, o escribirá un post absurdo como puede ser este.