Hoy he leído una historia que me ha encantado:
“Una mujer usurpa la identidad de su hija para ser animadora de instituto”
Esto solo podía ocurrir en los Estados Unidos de America. No imagino a ninguna madre del Concello do Camariñas haciendo algo similar. No me preguntéis por que, pero no me lo imagino.
Tengo que admitir que siento debilidad por los USA. Yo si creo que es un lugar donde todo es posible. Con sus peajes, pero casi todo es posible.
El trato es el siguiente. Por mindundi que seas, tienes acceso relativamente fácil a una casa de papel, y un coche barato con gasolina barata. No te pedirán excesiva formación para trabajar, y podrás hacer barbacoas en el backyard de tu casita de papel los domingos, ir a la superbowl una vez en la vida, y visitar los disneys y demás deudos de todo el país.
Teniendo eso, ¿Para que más? Mirad a Sarah Palin, no se ha sacado el pasaporte hasta la semana pasada… ¡Ombliguismo puro!
Pero volvamos a la historia de Wendy Brown, así se llama nuestra anti-lolita. Por lo visto durante sus años de insti (permitidme utilizar slang de instituto “porfa”), no pudo hacer cosas guays como ser animadora, ir a fiestas (o partys) y juguetear con su virtud en el asiento trasero de alguna furgoneta (no voy a utilizar argot de insti para decir eso). Así que en un arranque de… bueno, en un arranque, decidió dejar a su hija de 15 años en Nevada, y matricularse ella con el nombre de su hija en un insti de Winsconsin.
Una vez matriculada, se apuntó a animadora, y la aceptaron. Que, viendo la foto del angelito, uno ve claro que no deben ir sobrados de animadoras en Winsconsin.
Al final, lo que parecía un sueño hecho realidad, se truncó por la conocida chorrada de no asistir a clases. La directora intentó contactar con sus padres, que claro ,eran ella misma. No lo consiguió, y al informarse un poco, vio que había otra chica con el mismo nombre matriculada en Nevada. Tirando del hilo logró hablar con la madre de Wendy, la cual les dijo que la chica no carburaba fino, y pam, final del cuento de hadas (fijaos en el guiño de que el animalillo se llama Wendy… que poética es la vida).
Pero dejando de lado los guiños, me parce un engaño que en el país del “yes, we can”, quieran enchironar a una señora por jugar a las muñecas. ¡Pero si no llegó a tirarse al capitán del equipo de futbol americano! Pero si esto es un cuento de hadas postmoderno! ¿Para cuando la película?
¿Que va a ser de los USA si les quitan el derecho a soñar?