Porque el mundo es bonito, hasta vomitar.

26 agosto 2009

Vago

Ser vago es un problema, y no uno baladí precisamente. Es como una mancha de aceite que no deja de crecer y cubre todo lo que encuentra a su paso.
La vagancia aprende con el tiempo, nos va conociendo, y cual parásito, va apoderándose de nuestras fuerzas, nuestra moral y nuestros recursos.


Vagancia creciendo lentamente
(dramatización)

No reírse caballeros y caballeras, ¿acaso no recordáis vuestra infancia? (si, lo de caballeras es ridículo, pero si no lo pongo, alguna persona de feminismo mal entendido y léxico mal aprendido podría ofenderse)
De pequeños, cuando la vagancia era solo incipiente, nos daba pereza hacer la cama, ordenar la habitación, fregar los platos, poner la mesa, y demás actividades coñazo de casa. Eso si, si un amigo nos decía de salir a jugar un partido de futbol, ya podía ser agosto, caer un sol de justicia o estar haciendo la digestión, que salíamos pitando a correr tras el balón. Éramos jóvenes, y la vagancia no había hecho mella en nosotros.

Imaginad por un segundo que HOY, agosto, os llega un mail de un amigote proponiendo un partidillo de futbol a eso de las 17h. Vuestro cerebro, en su intento por luchar contra la vagancia os recordará los buenos ratos vividos hace años jugando a futbol, apelará a la sana sensación de hacer deporte, al reencuentro con amigos tras el verano, y a todas las ñoñerías que pueda. Pero a vuestros “veinti muy largos” o “treinta y muy pocos”, la vagancia se ha apoderado de vosotros. Ella apelará al calor, al riesgo de lesiones, os dirá que para ver a los amigos lo mejor es una cervecita y poder charlar, o incluso mejor “¿hacemos un torneíto de FIFA 09 en casa?” lo que sea con tal de que no os pongáis los pantalones cortos y salgáis a correr.


Esto SI es diversión y no el futbol real

Por que la vagancia, con el tiempo nos va conociendo, sabe nuestros puntos débiles y juega con nosotros. A mi edad ha conseguido que algo que hace años era divertido y genial (jugar a futbol), ahora me parezca una tortura insalubre y un peñazo. Y da miedo, por que… ¿y si consigue que lo que ahora me parece divertido y genial (follar) acaba siendo algo equiparable a una clase de aerobic?

Tengo que hacer algo, así que aprovechando que agosto, el mes en el que nací (y en el que nacieron todas las flores), me he propuesto empezar a luchar contra la vagancia. Puede que no vaya a los partidillos de futbol que empiecen antes de las 19h, pero intentare recuperar el blog, ir a nadar… y bueno de momento lo dejamos ahí, que tampoco es plan de saturarse.

Piano piano si va lontano, dicen…