Porque el mundo es bonito, hasta vomitar.

09 febrero 2013

Carta abierta a un político español


Hola.

No nos conocemos, así que lo mejor será que me presente.
Me llamo Alex, y tengo 32 años, aunque aparento 29. Soy de esa generación ochentera que nació en una España que aún tenía que ponerse la democracia con cinturón, porque le venía algo grande. Esa España que empezó a quitarse complejos en con las Olimpiadas de Barcelona, la Expo, la entrada en Europa y esas cosas.

A principios de los 90, por azares de la vida, me tocó emigrar junto a mi familia. Llegué a un país “tercermundista”, y me di cuenta de que mi nivel académico estaba por debajo del suyo. No te lo vas a creer, pero empezaban a aprender inglés con 3 años, y con 11 lo dominaban a la perfección. De locos.

Regresé a España para estudiar en la universidad. Siempre me habían dicho que lo mejor que podía hacer un joven, era aprender un oficio o estudiar, ¡formarse! para aspirar a un buen trabajo y una vida completa. Me dio por la ingeniería. En una universidad pública, porque mi familia es de clase media. 

Al acabar la carrera me puse a trabajar, y como no sabía dónde narices acabaría viviendo, no me metí en hipotecas. Vivía de alquiler en contra de todas las recomendaciones de mis allegados, que no dejaban de decirme “estás tirando el dinero”. ¿Qué cosas, no? Pero eran los salvajes inicios del 2000, no los culpo.

Si te sirve como dato, a día de hoy no tengo casa, ni coche propio, y la única deuda que tengo con un banco fue para financiar estudios. 
Pero a lo que vamos. Considero que he sido un tipo medianamente responsable, y que sobre todo no ha “vivido por encima de sus posibilidades”. No sabes cómo me cabrea escuchar a algunos políticos de determinadas sectas elitistas, o de esos que no han trabajado en su vida, repetir esa frase.

Debido a la situación del país mi vida ha cambiado. Bajó mi sueldo, han aumentado los impuestos, y un ministerio (no diré cual) ha decidido saltarse a la torera una ley, provocando que mi puesto de trabajo “ya no sea necesario”. ¿Qué cosas, no? Un ministerio saltándose una ley.

Ya que estamos en confianza te voy a confesar que no voto desde hace 8 años. Me muero de ganas de hacerlo, pero sólo a alguien que me dé la sensación de que vale la pena. Respeto la democracia y tal, pero no hay ningún partido que represente mi manera de pensar o mis valores, y aprecio demasiado mi voto como para regalarlo. Eso si, acepto los resultados que decide la mayoría, y ejerzo el derecho a queja que me da el pagar mis impuestos (todo con IVA y en regla).
Por eso cuando veo a alguno de tus colegas cuestionar si los ciudadanos protestamos demasiado, me cabreo, y me doy cuenta de que hago bien en valorar mi voto.

En resumen, me he formado, me he esforzado, he sido responsable y he cumplido siempre con las leyes (salvo alguna multa de tráfico, que he pagado sin falta). Pero aún así a mis 32 años, justo en el momento en que empiezo a sentirme un profesional válido, me veo forzado a emigrar. Emigro porque la probabilidad de encontrar un trabajo acorde a mi formación es prácticamente nula. Emigro porque la previsión de poder llevar esa vida plena de la que se me habló cuando era adolescente no existe. Emigro porque veo que los responsables de proponer soluciones os debéis a vuestros partidos y no a la gente que os vota. Emigro, y nadie emigra por placer.

No sé en qué consiste vuestro plan, si es que lo hay. La verdad es que a estas alturas ya no intento entender de qué sirve salvar a los bancos, que los partidos se tapen las vergüenzas unos a otros, o indultar a condenados por corrupción. Sólo espero que seas consciente de que como yo, mucha gente se está viendo forzada a irse, porque no os ve capaces de solucionar la situación. 
Qué cosas, tanto preocuparnos, y al final resultará que romper España era esto.

14 enero 2013

Recíclame esta


Somos unos ciudadanos horribles. Nos gusta ducharnos con agua caliente, utilizar el coche, llevarnos la compra del supermercado en bolsas, cargar el teléfono, usar papel, y encima nos damos el lujo de reciclar mal. Pero no mal de “así no vas a salvar el mundo”, no. Mal de “no nos sales rentable”. 

Los que no seáis catalanes sabed que os estáis salvando de soportar uno de los peores anuncios de la historia sobre “fomento del reciclaje”, perpetrada por la Agencia Catalana de Residuos, e imagino que con la colaboración de unos modernitos de Barcelona. 
El drama:



La campaña viene a decir que aunque algunos residuos sean de determinado material, si no son envases no debemos dejarlos en el contenedor correspondiente, si no que debemos llevarlos al punto limpio. 
¿Por qué? os preguntaréis. 
¿Perjudicamos al medio ambiente poniendo algo de plástico que no es un envase en el contenedor amarillo? No.
¿Impedimos que se recicle el resto de residuos? No. 

La respuesta es que la recogida de envases la paga (en parte) quien produce los envases. Si tiramos cosas que no son envases en los contenedores, parte de lo que pagan se va a reciclar cosas que no han producido ellos. OH-PO-BRE-CI-TOS.

Director general de Ecoembes

En definitiva la campaña, la puta campaña, no pretende que reciclemos más o mejor, si no reducir los costes de quienes producen envases (normalmente sin pensar en el medio ambiente). Como siempre la presión va sobre la parte menos responsable de la contaminación, es decir NOSOTROS. ¿Es mi culpa que un Donut venga envuelto en tres capas de plástico? No. ¿Es mi culpa que las bolsas del súper sean de materiales no biodegradables? No. ¿Es mi culpa que la mayoría de botellas no sean retornables? No. Pues que me olviden.

Personalmente os animo a usar el sentido común básico y tirar el plástico y metales en el contenedor amarillo, el papel en el azul, el vidrio en el verde, y lo demás dejadlo en la puerta de algún concejal.

PD: Esto lo explican mejor y menos cabreados los chicos de @_Retorna, y @vmitjans aquí.

06 agosto 2012

La cultura

Hace ya tiempo que el término “cultura” anda desorientado, deslavazado, y maltratado.
En España hemos llegado a considerar cultura tirar cabras desde campanarios, los espectáculos de Lina Morgan, encender teas en los cuernos de toros inocentes, o las películas de Isabel Coixet. Así, todo junto. Cual revuelto de huevos con chorizo.

 "Ana y los 7" es cultura

La cultura, en su bondad, cubre con su ambiguo manto todas esas actividades. Lo mismo da cuartelillo a un libro esperpéntico sobre tercios de Flandes, como a la más execrable de las costumbres de un pueblo de montaña. “Es cultura” te dicen, y siguen jugando al tres en raya con cocaína.

Y es que según la RAE,

cultura.
(Del lat. cultūra).
1. f. cultivo.
2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.

~ popular.
1. f. Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.

Así que siendo fieles a nuestro querido diccionario, y atendiendo a los modos de vida y costumbres de nuestro país, en España, cultura debe ser también pegar a tu mujer, opinar de lo que no sabes, restringir libertades en base a creencias religiosas, la corrupción, y un sinfín de tradiciones fuertemente arraigadas. Todo es cultura amigos, incluso este blog.

Ah, la cultura… esa coartada.


28 febrero 2012

Diferencias

Tengo un recuerdo muy claro de mis tiernos 11 años. Cursaba por aquél entonces 6º de EGB. Para los que seáis muy jóvenes y no sepáis que es la EGB (Educación General Básica), es junto con el BUP (Bachillerato Unificado Polivalente), lo que hace que seamos más listos, y tengamos menos autofotos en los baños que los que cursaron la ESO.

Pero volvamos a la historia. Recuerdo que un día, en una clase indeterminada, la profesora nos hizo dibujar el perfil de nuestra mano. Acto seguido, nos pidió que escribiésemos en los dedos nuestra clase favorita, nuestro programa de TV favorito, color favorito, la comida que más nos gustaba, la profesión que nos gustaría desempeñar, y un país que nos gustaría conocer. Una vez acabado, entregábamos la hoja a la profesora sin poner nuestro nombre.

El ejercicio, juego, llámalo mierda… consistía en que la profesora sacaba una hoja, empezaba a leer las respuestas, y nosotros íbamos levantando la mano cuando coincidía con la nuestra, quedando eliminados los que no lo hacían. Así pregunta a pregunta, por eliminación, se iba encontrando al dueño de la “mano”. En algunos casos al llegar al último “dedo”, aún quedaban 5 o 6 chavales con la mano levantada. La profesora les sonreía, y les decía “sois iguales”.
El momento mágico del ejercicio, llegó cuando en la primera pregunta, me quedé solo con la mano alzada. La profesora, me miró contrariada. Siguió con las demás respuestas, de un modo funcionarial. Era evidente que aquella mano era mía. El único alumno para el que su asignatura favorita era “ciencias naturales” (la mayoría de mis compañeros se repartían entre “plástica” y “patio”).
Creo recordar que, de todas mis respuestas, sólo coincidí con la clase en la de programa de TV favorito, “Dragon ball”.
Acabó de leer mi hoja con toda la clase riendo (yo incluido). Había reventado el ejercicio. La profesora estaba seria. Me miró, i dijo; “A mi no me parece divertido que no coincidas con tus compañeros. Así no tendrás amigos.”

Si queridos amigos. Según aquella profesora, la uniformidad forma parte de la felicidad. Educación estilo H&M, uniformidad low cost, variedad nula. Imagino que al cabo de unos años, con la entrada de la inmigración y la diversidad cultural, aquel esperpento de profesora, abandonó la docencia y se hizo cajera del Bershka.
 
Todo este rollo, no contiene una lectura profunda de la uniformidad en la sociedad, ni una crítica al sistema educativo uniformador. Simplemente he recordado la anécdota, y no quería dejar pasar la ocasión, de  reírme en la puta cara de aquella tutora de los Escolapios de Sabadell.

15 febrero 2012

Optimismo edulcorado


Soy un dejado. Lo se. Hace cinco meses que no me paso por aquí. Se me ha llamado vago, maleante, haragán, pelagatos, funcionario, y hastaincluso se ha dicho, que me dedico a este blog como quién se dedica a presidir un club de fútbol. FALSO.
Este blog, al que cuido con el mismo mimo que Danny Glover a Woopi Goldberg en “El color púrpura”, cuenta con todo mi afecto e interés. Prueba de ello, es el restiling al que acabo de someterlo. 

Si, queridos míos, creo que es justo que este blog, sea reflejo de los buenos tiempos que vivimos. Tiempos de vino y rosas, de reformas laborales, de incendios griegos. Tiempos en los que los problemas no son más que “hilillos de circunstancias”. Que no os engañen los agoreros, lo que estamos viviendo no puede ser más que una vacuna, un mal necesario para un bien mayor. Ya veréis, descreídos, cómo en poco tiempo rechazaremos trabajos, podremos dedicarnos a la investigación, al arte, a cultivar nuestras mentes..! Seremos como Aute pero en plan molón.
Aute, en un momento de introspección (o de siesta)


Pensad si no en los prohombres. En los Amancio Ortega, los Steve Jobs, y Emilio Botín del mundo. ¡Nos necesitan! Quieren vendernos sus mierdas, necesitan que compremos sus servicios, que chuleemos sus productos en los Starbucks, y para ello es necesario que tengamos parné, cash, dinerito, bling bling.

Así que soy optimista. En manos de políticos capaces, decididos, valientes, ¡honrados! La cosa no puede ir mal. Os lo digo en serio, por más oscuro que parezca todo, good morning in the night.

Me voy a mi rincón de vomitar.