Porque el mundo es bonito, hasta vomitar.

28 noviembre 2006

Pequeñas cosas


La vida da muchas vueltas, todos lo sabemos, pero no siempre somos conscientes de ello.

De vez en cuando, de modo aleatorio y caprichoso, las circunstancias nos hacen pequeños guiños para dejarnos claro que aquí estamos de paso. Que en un momento pueden cambiar muchas cosas, y desvanecerse tantas otras.

Una fecha vacía en el calendario, puede recordarte algo que nunca llegó a pasar y ha cambiado la vida de todo tu entorno. O una pequeña anotación al borde de una página, puede hacerte ver que tu mundo no tiene nada que ver con el de hace unos años.

Por suerte, hay detalles que nos hacen ver que algunas cosas no tienen por que cambiar, y un caramelo puede llevarte tiempo atrás, a una comida que parecía una más, y no lo fue. O un simple bocadillo del Subway recordarte una noche de opera inolvidable y fría en Berlín.



Espero seguir encontrando pequeños detalles que me dejen pensar en las cosas que valen la pena. Ese es el poder de las cosas pequeñas.

27 noviembre 2006

fucking in the name of...

Hace un tiempo, alguien me dijo que esta canción tenia el ritmo perfecto para una sesion de sexo salvaje.



Personalmente coincido con la idea, a pesar de que aun no la he puesta a prueba...
¿Que canciones teneis vosotros en vuestro imaginario sexual?

17 noviembre 2006

La sobreprotección y Burguer King

Mi generación es la primera en la historia que se preguntó a que narices olían las nubes. Esto, a parte de ser una lacra que cargaremos durante décadas (es muy probable que nuestros nietos algún día nos exijan explicaciones), implica cierta responsabilidad para con las generaciones venideras. Nosotros sabemos el mal que puede llegar a hacer la publicidad en particular, y la tele en general.

Nosotros nos quedamos traumatizados por aquel pobre perro abandonado, a pesar de que “el nunca lo haría” (mi madre querría tener unas palabras con el señor purina, ya que desde ese día mi casa fue un orfanato de perros y gatos “encontrados”), acabamos con el álbum Danone de David el nomo a medias, nos tocó crecer entre adultos con hombreras, algo que jamás se permitiría a un niño hoy en día.

Es mas, ¿recordáis las series? Nos metieron unos chutes emocionales increíbles; los dramones de “Marco”, y “Jackie & Nuca” (maldito cazador…), la ñoñería de la abeja Maya, la ambigüedad del Heidi y su abuelo, para pasar después a ver aliens comer ratas vivas en V… ¿Dónde estaba el famoso comité del audiovisual entonces?


No se hasta que punto ha influido la tele en nosotros, pero creo que bastante equilibrados hemos salido después de mezclar a la bruja Avería y la abeja Maya en nuestras tiernas cabecitas.

Por eso quiero romper una lanza a favor de Burguer King ahora que quieren obligarles a retirar el anuncio de su XXL por no se que historias de la obesidad infantil. Si, mucha grasa, mucho colesterol y demás historias en sus hamburguesas, pero hay dos cosas que debemos tener en cuenta; sus patatas son las mejores de todos los fast foods (licencia del autor), y que el que paga la hamburguesa, es decir, uno mismo, o sus padres si es menor, es el responsable de la dieta. ¡El problema no es el anuncio!, es que muchas veces dejamos que factores externos piensen por nosotros, y de paso eduquen a los niños (la TV, la escuela, etc...).

Así que asumamos cada uno la responsabilidad que nos corresponde, dejemos en paz a la TV, que al fin y al cabo, es una distracción, no un mentor, y sobre todo, menos ñoñería con los niños, que al final las nuevas generaciones acabarán siendo una panda de lerdos con tanta sobreprotección.

Y que no se quejen, al menos a ellos nadie les dirá la gran mentira de: “estudia, o no serás nadie"
Si, y un huevo… Al menos si se lo dice alguien será la tele, y las mentiras, prefiero que me las diga el Ranger de Texas, que alguien cercano.

07 noviembre 2006

El grito

- ¡¡¡Paulaaaaaaa te he dicho que te acabes la leche..!!!-

-¿¡Pero quereis hacer el favor de levantaros!?-

-¡Como tenga que repetir que te laves los dientes, no tendrás que hacerlo nunca más!-

Estos son algunos de los gritos que llevo escuchando varias mañanas a partir de las 8:30.

Se ve que la tal Paula y su hermano (Martín creo que se llama), se levantan algo perezosos y con el estómago cerrado por las mañanas. Es algo común, yo mismo soy de desayunar poco, un café con leche a lo sumo, y sobre lo de la pereza, pues es un arte que se mejora con el tiempo. La diferencia entre Paula & Martín, y yo, es que su madre tiene a bien compartir su desesperación (a gritos) con el vecindario.

En parte admiro la energía de esa buena mujer por las mañanas, no cualquiera puede berrear a ese nivel de decibelios sin hacer un buen precalentamiento de cuerdas vocales, pero admito que mi sueño puede a mi admiración por ella.

El primer día que escuché dicha verbena, le di largas, remoloneé un poco y volvía dormirme. La segunda vez, me cubrí la cabeza con la almohada, y no se si el sueño o la falta de oxígeno hicieron que volviese a dormir. En la tercera ocasión, empecé a desesperarme. Acabo de trasladarme, y me vi a mi mismo sufriendo ese despertar hasta que Martín, que parece el menor (si, ya casi son de la familia) se fuese a la universidad…

Pero esta mañana ha sido diferente, con el enésimo grito de la madre (que como nadie le grita, desconozco su nombre) a Paula por la leche, mi mente ha convenido que era necesario actuar… No he podido reprimirlo, es mas puede que estuviese esperando el momento sin saberlo. En cuanto he escuchado el grito láctico, me he levantado de un salto, y he gritado con todos mis pulmones:


-¡Paula, haz el puto favor de tomarte la leche, y decirle a tu hermano que salga de la cama!-


Y se ha hecho el silencio…

Y no se si ha sido por el sueño, o por lo orgulloso que estaba, pero he vuelto a dormirme con una sonrisa.