Porque el mundo es bonito, hasta vomitar.

06 agosto 2012

La cultura

Hace ya tiempo que el término “cultura” anda desorientado, deslavazado, y maltratado.
En España hemos llegado a considerar cultura tirar cabras desde campanarios, los espectáculos de Lina Morgan, encender teas en los cuernos de toros inocentes, o las películas de Isabel Coixet. Así, todo junto. Cual revuelto de huevos con chorizo.

 "Ana y los 7" es cultura

La cultura, en su bondad, cubre con su ambiguo manto todas esas actividades. Lo mismo da cuartelillo a un libro esperpéntico sobre tercios de Flandes, como a la más execrable de las costumbres de un pueblo de montaña. “Es cultura” te dicen, y siguen jugando al tres en raya con cocaína.

Y es que según la RAE,

cultura.
(Del lat. cultūra).
1. f. cultivo.
2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.

~ popular.
1. f. Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.

Así que siendo fieles a nuestro querido diccionario, y atendiendo a los modos de vida y costumbres de nuestro país, en España, cultura debe ser también pegar a tu mujer, opinar de lo que no sabes, restringir libertades en base a creencias religiosas, la corrupción, y un sinfín de tradiciones fuertemente arraigadas. Todo es cultura amigos, incluso este blog.

Ah, la cultura… esa coartada.


28 febrero 2012

Diferencias

Tengo un recuerdo muy claro de mis tiernos 11 años. Cursaba por aquél entonces 6º de EGB. Para los que seáis muy jóvenes y no sepáis que es la EGB (Educación General Básica), es junto con el BUP (Bachillerato Unificado Polivalente), lo que hace que seamos más listos, y tengamos menos autofotos en los baños que los que cursaron la ESO.

Pero volvamos a la historia. Recuerdo que un día, en una clase indeterminada, la profesora nos hizo dibujar el perfil de nuestra mano. Acto seguido, nos pidió que escribiésemos en los dedos nuestra clase favorita, nuestro programa de TV favorito, color favorito, la comida que más nos gustaba, la profesión que nos gustaría desempeñar, y un país que nos gustaría conocer. Una vez acabado, entregábamos la hoja a la profesora sin poner nuestro nombre.

El ejercicio, juego, llámalo mierda… consistía en que la profesora sacaba una hoja, empezaba a leer las respuestas, y nosotros íbamos levantando la mano cuando coincidía con la nuestra, quedando eliminados los que no lo hacían. Así pregunta a pregunta, por eliminación, se iba encontrando al dueño de la “mano”. En algunos casos al llegar al último “dedo”, aún quedaban 5 o 6 chavales con la mano levantada. La profesora les sonreía, y les decía “sois iguales”.
El momento mágico del ejercicio, llegó cuando en la primera pregunta, me quedé solo con la mano alzada. La profesora, me miró contrariada. Siguió con las demás respuestas, de un modo funcionarial. Era evidente que aquella mano era mía. El único alumno para el que su asignatura favorita era “ciencias naturales” (la mayoría de mis compañeros se repartían entre “plástica” y “patio”).
Creo recordar que, de todas mis respuestas, sólo coincidí con la clase en la de programa de TV favorito, “Dragon ball”.
Acabó de leer mi hoja con toda la clase riendo (yo incluido). Había reventado el ejercicio. La profesora estaba seria. Me miró, i dijo; “A mi no me parece divertido que no coincidas con tus compañeros. Así no tendrás amigos.”

Si queridos amigos. Según aquella profesora, la uniformidad forma parte de la felicidad. Educación estilo H&M, uniformidad low cost, variedad nula. Imagino que al cabo de unos años, con la entrada de la inmigración y la diversidad cultural, aquel esperpento de profesora, abandonó la docencia y se hizo cajera del Bershka.
 
Todo este rollo, no contiene una lectura profunda de la uniformidad en la sociedad, ni una crítica al sistema educativo uniformador. Simplemente he recordado la anécdota, y no quería dejar pasar la ocasión, de  reírme en la puta cara de aquella tutora de los Escolapios de Sabadell.

15 febrero 2012

Optimismo edulcorado


Soy un dejado. Lo se. Hace cinco meses que no me paso por aquí. Se me ha llamado vago, maleante, haragán, pelagatos, funcionario, y hastaincluso se ha dicho, que me dedico a este blog como quién se dedica a presidir un club de fútbol. FALSO.
Este blog, al que cuido con el mismo mimo que Danny Glover a Woopi Goldberg en “El color púrpura”, cuenta con todo mi afecto e interés. Prueba de ello, es el restiling al que acabo de someterlo. 

Si, queridos míos, creo que es justo que este blog, sea reflejo de los buenos tiempos que vivimos. Tiempos de vino y rosas, de reformas laborales, de incendios griegos. Tiempos en los que los problemas no son más que “hilillos de circunstancias”. Que no os engañen los agoreros, lo que estamos viviendo no puede ser más que una vacuna, un mal necesario para un bien mayor. Ya veréis, descreídos, cómo en poco tiempo rechazaremos trabajos, podremos dedicarnos a la investigación, al arte, a cultivar nuestras mentes..! Seremos como Aute pero en plan molón.
Aute, en un momento de introspección (o de siesta)


Pensad si no en los prohombres. En los Amancio Ortega, los Steve Jobs, y Emilio Botín del mundo. ¡Nos necesitan! Quieren vendernos sus mierdas, necesitan que compremos sus servicios, que chuleemos sus productos en los Starbucks, y para ello es necesario que tengamos parné, cash, dinerito, bling bling.

Así que soy optimista. En manos de políticos capaces, decididos, valientes, ¡honrados! La cosa no puede ir mal. Os lo digo en serio, por más oscuro que parezca todo, good morning in the night.

Me voy a mi rincón de vomitar.