Me dirijo a la oficina canturreando una canción de la Maldita vecindad.
El sol luce en el cielo, la gente se dirige a sus respectivos trabajos en un ambiente general de alegría. El cachondeo se palpa en el ambiente. La gente, al encontrarse a compañeros de trabajo por la calle, improvisa congas aquí y allá para dirigirse juntos a la oficina. Es, en definitiva, una marabunta alegre y productiva, dispuesta a trabajar un día más, para estar un poco más cerca de la realización personal. Si señores, ¡es lunes!
Llego a la oficina, y la gente ya está hablando de las ganas que tenía de que se acabase el fin de semana, para poder volver a sus responsabilidades. –Este fin de semana he soñado en pdf- dice uno.
Saludo a mis compañeros con “el saludo especial” que tenemos entre ingenieros, y que recuerda levemente al de una banda del Bronx o de la colonia Buenos Aires. El buen rollo es tal, que nos permitimos esas licencias…
Pero, de repente. Al doblar la esquina de un armario de ficheros, algo distorsiona el “buen rollito”. Atrincherado tras el desorden, un bulto ocupa mi silla. Hay un pavo sentado en MI mesa.
Esto, no tiene por que ser algo grave, siempre y cuando se cumpla alguna de las siguientes explicaciones:
a) Uy perdona, me he equivocado. (y el susodicho desaparece)
b) Es un segundo, me estoy atando los cordones de los zapatos.
c) Soy tu jefe, y hago lo que quiero.
Enseguida vi que no se cumplía ninguno de los preceptos anteriores, y que, el ente en cuestión, se había instalado con su portátil en MI sitio sin muchas miras de que eso fuese a ser breve. Eso en mi barrio… es pelea.
(a continuación procedemos al modo “ver la vida en modo denke”)
Dejo mi mochila sobre la mesa y ladeo la cabeza.
–¿Y tu quien eres forastero?- Pregunto mientras lo miro con desprecio. Soy Clint Eastwood amigos.
El sol luce en el cielo, la gente se dirige a sus respectivos trabajos en un ambiente general de alegría. El cachondeo se palpa en el ambiente. La gente, al encontrarse a compañeros de trabajo por la calle, improvisa congas aquí y allá para dirigirse juntos a la oficina. Es, en definitiva, una marabunta alegre y productiva, dispuesta a trabajar un día más, para estar un poco más cerca de la realización personal. Si señores, ¡es lunes!
Llego a la oficina, y la gente ya está hablando de las ganas que tenía de que se acabase el fin de semana, para poder volver a sus responsabilidades. –Este fin de semana he soñado en pdf- dice uno.
Saludo a mis compañeros con “el saludo especial” que tenemos entre ingenieros, y que recuerda levemente al de una banda del Bronx o de la colonia Buenos Aires. El buen rollo es tal, que nos permitimos esas licencias…
Pero, de repente. Al doblar la esquina de un armario de ficheros, algo distorsiona el “buen rollito”. Atrincherado tras el desorden, un bulto ocupa mi silla. Hay un pavo sentado en MI mesa.
Esto, no tiene por que ser algo grave, siempre y cuando se cumpla alguna de las siguientes explicaciones:
a) Uy perdona, me he equivocado. (y el susodicho desaparece)
b) Es un segundo, me estoy atando los cordones de los zapatos.
c) Soy tu jefe, y hago lo que quiero.
Enseguida vi que no se cumplía ninguno de los preceptos anteriores, y que, el ente en cuestión, se había instalado con su portátil en MI sitio sin muchas miras de que eso fuese a ser breve. Eso en mi barrio… es pelea.
(a continuación procedemos al modo “ver la vida en modo denke”)
Dejo mi mochila sobre la mesa y ladeo la cabeza.
–¿Y tu quien eres forastero?- Pregunto mientras lo miro con desprecio. Soy Clint Eastwood amigos.
Me mira sorprendido. –Me llamo Eloy- Dice a la vez que me tiende la mano.
Sostengo su mirada, e ignoro su mano.
–Eloy es nombre de cabaretera o de peluquero de caniches- Le digo.
Si señor, esto es lo que hay. Las cosas claras, no me gustas “amigo”.
–¿Que haces en mi sitio?- Los años de Bourbon seco, hacen que mi voz suene alambicada, y por que no decirlo, amenazante.
-mmm… pues me han enviado a esta oficina y estaré aquí una temporada. Como era el unico sitio libre y ya era la hora, me he puesto aqui-
Está claro el tío es un problemático. ¡Si he llegado tarde, es evidente que es por hacer una conga laboral!
-Pues esta es mi mesa, así que tenemos un problema- En este punto más que a Clint Eastwood, empiezo a parecerme a Chuck Norris.
El tipo sigue a lo suyo. Ahora ya me he cabreado de verdad.
Le sonrío dulcemente, y suelto un –Bueno, seguro que encontramos una solución- Y le palmeo la espalda.
Me doy la vuelta, rebusco en el bolsillo de mi chaqueta, y hago una llamada.
Minutos después la guardia civil irrumpe en la oficina. Preguntan por el traficante, y yo señalo al “amigo Eloy” con las dos manos…
Admito que disfruto viendo como lo reducen sobre MI mesa, lo esposan, y de paso le dan un par de collejas. Al registrarlo encuentran una papela de heroína (que no se de donde ha podido salir), y le regalo una sonrisa de plástico, mientras él grita “complot, complot” por el pasillo.
Finalmente puedo retomar posesión de MI mesa. El tiempo justo para desordenar reordenar lo que Eloy había ordenado desordenado. Me voy a desayunar. Ha sido una mañana con demasiada carga emocional.
10 comentarios:
¿La primera parte no era visión denkiana?
¡Pardiez!
¿No os dejan ir armados al tajo?
hmmm recuerdame que no me interponga nunca en tu camino...
Me creo todo menos lo de la conga laboral, anda ya! ahora lo que se lleva es el fado polifónico en portugués, además no te vi y yo estaba junto al micro.
Yo me he agenciado un movil made in China que cuando lo pasas a otro suelta unas descargas del carajo, mola y no gastas llamadas.
te mereces una galleta enorme Clint.
Sólo le diré tres palabras: BATE DE BÉISBOL.
Combates con bates.
ggggrr un día de furia... ¿te acuerdas de la versión en el sex-shop?
Ipso facto mando un CV a tu oficina.
Quedo expectante ante la posibilidad de mi nuevo futuro laboral.
Yo siempre he dicho que los ingenieros sí son un poco raritos ... mmm ... esto me lo confirma. Es lo que tiene vivir la vida en modo denke jejejej
folken, prohibieron las armas durante los disturbios de la maquina de cafe de noviembre de 2007
tia cookies lo de la conga es terriblemente cierto!
estanli, hace unos meses aun utilizabamos el viernes x la tarde para dirimir disputas sobre un ring situado en la sala de reuniones, pero tambien lo quitaron...
jajja casi no me acordaba issis!
joan, no se xq pero intuyo que encajarias en la oficina...
elena, haz la ecuación: inegiero=rarito + forestal=hacha
denke, es tal y como lo vivimos todos en este remanso de paz al que llamamos oficina, en fin..... no le puedes pedir más al señor de los sorbitos, alias (borderliner).
Un saludo señor samurai.
Carlos, graicas por el comentario, este blog siempre necesita de la pátina de veracidad que da un testigo...
Publicar un comentario