La insoportable levedad de los políticos

Hace ya unos meses, que no quiero escuchar a políticos. Empezó como un acto reflejo mientras conducía. Si en la radio empezaba a hablar algún político, ¡plim! Ponía música. No era algo razonado, era simplemente una respuesta al hecho de que me aburren.

Con el paso de las semanas, el inocente acto reflejo, se ha vuelto un acto voluntario y consciente. Hablando con amigos, compañeros de trabajo y demás purria con la que me “ajunto”, me he dado cuenta de que ya no se trata únicamente de que los políticos me parezcan aburridos,  me parecen algo mucho peor. Unos irresponsables.

Este no es un blog político (en realidad no va de nada en concreto). Es decir que no pretendo atacar ni defender a nadie. Aquí no hay colores, tanto la izquierda como la derecha (si se puede hablar aún en esos términos) me parecen vergonzosos.

Me parece una vergüenza, que gente sin un bagaje profesional (y uno bueno) en la empresa privada pueda llegar a ministro o a presidente.

Me parece una vergüenza, que en este país se pueda ser ministro sin tener una carrera, y sin saber inglés (¡Por favor!). Personalmente, me daría vergüenza ser ministro, o eurodiputado y no hablar inglés (como mínimo).

Me parece una irresponsabilidad anteponer al partido sobre el interés del estado.

No soporto más la política del “ellos lo hicieron peor”, “y tú más”, y “somos el mal menor”, que impera en la política española.

Me parece peligroso que la política, ya no de prestigio a quién la practica. De ahí que tengamos el nivel de políticos que tenemos. La gente válida, está en la empresa privada.

No me gusta que la clase política haya reducido el debate al maniqueísmo de buenos y malos, de Barça y Madrid, de ellos contra nosotros. Han convertido la política en algo que nos preocupa, pero a lo que no vemos solución.

Me asombra ver que, los dos supuestos líderes de este país, no se han visto en persona hace más de un año. Cuando estamos viviendo una crisis severa.

Me irrita ver que se dedica tiempo a políticas populistas y facilonas, como subvencionar periódicos o poner cuotas a los cines. En vez de buscar medidas y afrontar debates arriesgados, para mejorar la situación económica (productividad de los funcionarios, debate laboral, etc…)

Me parece abiertamente mal, que los políticos no cumplan y hagan cumplir la ley. Como sucede con la ley del tabaco, la de la enseñanza, y tantas otras…

Me cabrea ver que se pierde tiempo, esfuerzo y dinero en discutir las formas y no el fondo (caso del estatut y la definición de nación).

Y si, me quejo. Por que tengo derecho a hacerlo, por que pago mis impuestos, cumplo con las normas y por que en las próximas elecciones, no se a quien votar. Simplemente por que a estas alturas, ya los he descartado a todos.